Cañonero II un caballo venezolano
A lo largo de la historia del hipismo han existido caballos que se han destacado. En este caso le corresponde al inolvidable Cañonero II quien fue un caballo excepcional.
De este modo, dio una gran sorpresa en el Kentucky Derby convirtiéndose así en el protagonista y captando la mirada de los espectadores.
A su vez, este ejemplar fue un caballo nacido en Kentucky, Norteamérica, hijo del poco notable semental francés Pretendre.
Cañonero II (24 de abril de 1968 – 11 de noviembre de 1981). Este caballo fue un campeón venezolano de pura sangre. En efecto, se le recordará por ganar las dos primeras etapas de la Triple Corona de Estados Unidos en 1971.
Este hermoso caballo dejo el tricolor venezolano por todo lo alto, por sus hazañas en las competencias más resaltantes de la hípica estadounidense.
Cañonero II
Cañonero II
Cañonero II en territorio venezolano
Luego se organizó los trámites para el ingreso de Cañonero II a Venezuela. Sin embargo, su venta en el país no fue fácil.
Fue adquirido por Pedro Baptista, por la cantidad de US$4500, después pasó a manos de Juan Arias.
Cuando la venta de Cañonero II se concretó, esta contenía reservaciones hechas para correr el Del Mar Futurity y los tres pasos de la Triple Corona Norteamericana.
Cañonero II debutó en el Hipódromo La Rinconada el 8 de agosto de 1970.
Incursionó por primera vez en USA el 5 de septiembre, al intervenir en un Allowance figurando tercero a cuerpo y medio de King Cross y a la semana corre el Del Mar Futurity.
De regreso a Venezuela, se mantuvo invicto en sus primeras tres presentaciones antes de disputar el Clásico Gobernador del Distrito Federal.
Después se mantiene participando entre la cuarta y sexta serie para importados de manera exitosa para completar seis triunfos en diez salidas, con tres terceros.
Juan Arias y Pedro Baptista planean entonces la nueva escapada a USA, en razón de probar suerte en las pruebas de la Triple Corona.
Podemos notar que el éxito siempre brillo en la carrera de Cañonero II el caballo venezolano.
Carreras de la Triple Corona de Cañonero II
A continuación, se mencionan las competencias donde participo el excepcional ejemplar equino conocido como Cañonero II el caballo venezolano. Una carrera brillante en la hípica, sin duda alguna este es uno de los caballos más destacados y favoritos de la hípica del siglo pasado.
Calificó para el Derby de Kentucky, el evento más prestigioso en las carreras de caballos de pura raza de los Estados Unidos. En esta ocasión es entrenado por Juan Arias y lo monta el jockey Gustavo Ávila para la gran carrera.
En campo de 20 caballos del Derby, Cañonero II sorprendió a todos al puesto 18 en la competencia.
Podría decirse que el evento más sorprendente en la historia de la carrera fue considerada una casualidad por muchos expertos en carreras de caballos. Pues, quienes predijeron que Cañonero II nunca ganaría otra carrera.
En el Preakness Stakes, la segunda de las carreras de la Triple Corona ganó de nuevo.
El tercer tramo de la Triple Corona, el Belmont Stakes se llevó a cabo antes que la multitud más grande de su historia. Las gradas se llenaron con miembros de la gran comunidad latina de la ciudad, para animar a su nuevo héroe. Logrando la meta en el cuarto lugar.
Lo nombran ganador del Premio Eclipse de 1971 al mejor caballo Masculino de tres años.
Conociendo a Cañonero II
Este ejemplar, importantísimo para la hípica venezolana, es descendiente por su línea materna de Man O’War.
El caballo nace con una malformación en una de sus extremidades, razón por la que muchos no ofrecían algo por él.
Así que el equino es rematado en una operación que hace a Luis Navas el dueño del equino.
Éste lo compra por tan sólo 1.400 dólares, un precio realmente bajo para un purasangre.
Como bien diríamos en España un precio “ganga”. Difícilmente se puede comprar un caballo de carreras en ese precio.
Pero así fue y de esta operación Navas recupera 3.300 dólares ya que lo vende por 4.500 dólares.
En esta venta el venezolano Pedro Baptista es el que compra al caballo.
Nacido en Norteamérica este ejemplar es llevado a Venezuela para competir. El venezolano le tenía fe al animal.
Mientras muchos en el mercado equino no daban ni un dólar por Cañonero II Baptista sí lo hizo.
Poco después de su llegada a Venezuela el caballo comienza a ser entrenado por el también venezolano Juan Arias.
Sin duda alguna, este caballo dejo sorprendido a todos ya que nadie esperaba una carrera tan brillante de este caballo. A excepción de Baptista que si supo ver el potencial de este ilustre animal como lo es Cañonero II el caballo venezolano.
El entrenador
Más que una persona que está ahí para darle órdenes al caballo, un entrenador es aquel capaz de ver lo que otros no captan en un caballo.
Él entiende su potencial y lo hace sacar a flote. Es el encargado de darle confianza y motivación al animal.
Un entrenador tiene la responsabilidad de guiar al caballo en lo físico y emocional e incluso en lo psicológico.
Así que Juan Arias se encarga de preparar a Cañonero, de sacarle provecho a su línea materna, a pesar de la malformación que tenía.
La razón por la que nadie ofrecía gran cosa por este caballo era precisamente “su malformación” lo cual veían como una discapacidad.
Pero el entrenador venezolano miró con profundidad que detrás de aquel potrillo rechazado por su físico había un campeón.
“Un verdadero cañón en el hipódromo”.
Cañonero II comienza responder a los estímulos y enseñanzas de Juan Arias.
Hay esperanza para este caballo que desfiló con soltura y elegancia por las pistas venezolanas.
Juan Arias como entrenador de Cañonero II el caballo venezolano, saco a flote el potencial de este animal. Este entrenador supo como abordar a este caballo y convertirlo en un exitoso caballo de carreras.
Este caballo es toda una leyenda en la hípica venezolana.
Inicio de su carrera
El 8 de agosto de 1970 debuta Cañonero II en Venezuela.
Específicamente en el Hipódromo La Rinconada, en Caracas, donde supera por seis cuerpos a su rival Comenvé.
Un mes después lo llevan a Estados Unidos para correr un Allowance.
Competencia en la que llega tercero a cuerpo y medio de King Cross y a la semana corre el Del Mar Futurity.
Resulta que desde el momento en que Baptista compra a Cañonero II éste venía con autorización para correr en la Triple Corona y en el Del Mar Futurity.
En esta última justa llega de quinto a menos de ocho cuerpos de June Darling, tras sortear una serie de tropiezos.
Luego de esto regresan a Venezuela para que cumpla con otros compromisos del calendario hípico nacional.
Siendo el reto más grande ganar el Clásico Gobernador del Distrito Federal.
Lamentablemente clasifica a la carrera pero no la gana.
Posteriormente participa en tres competencias más en el territorio venezolano, en todas quedó tercero.
Regreso a Estados Unidos
Tras finalizar esas justas en Venezuela, Pedro Baptista y Juan Arias llevan al caballo hasta Estados Unidos.
Esto a fin de aprovechar las reservaciones que éste tenía para la Triple Corona.
Justa conformada por tres famosas carreras: el Kentucky Derby, el Preakness Stakes y el Belmont Stakes.
A todas estas Cañonero II ya era conocido en Norteamérica porque había competido en carreras de larga distancia.
En su haber, en su país natal, ya había ganado una carrera en 2000 metros. Por lo que le tenían respeto.
Es de imaginar que hubo quienes se sorprendieron de que un caballo con malformación en una de sus patas lograra tal hazaña.
En estas competencias tan prestigiosas en los Estados Unidos Cañonero II el caballo venezolano dio lo mejor de sí sorprendiendo a muchos de sus seguidores.
Rumbo al Derby- Cañonero II el caballo venezolano
Una vez que su dueño y entrenador deciden enrumbar a Cañonero II hacia Estados Unidos comienza el periplo para el Derby.
Una bitácora nada sencilla, llena de contratiempos, sorpresas desagradables y trabas.
Nadie se imaginó que el caballo sufriría tanto para llegar a Miami.
Esta vez las cosas no fueron tan fáciles.
Y es que el caballo de Pedro Baptista es llevado en un avión de carga con destino Caracas-Miami.
Más lamentablemente uno de los motores del avión se incendió y tuvieron que regresar.
Posteriormente lo mandan en otro avión de carga y éste presenta fallas mecánicas por lo que tampoco llegó a Miami.
Esto trajo como consecuencia que el caballo se lastimara al pasar de un vuelo a otro.
Porque adicional a lo incómodo que puede resultar un avión de carga para un caballo éste no iba solo.
Se conoció que estaba acompañado de cientos de gallinas y patos que seguramente lo ponían nervioso.
Desafortunadamente, este viaje resulto ser incómodo para este caballo triunfador puesto que fueron varios los inconvenientes que le toco experimentar para llegar a los Estados Unidos.
Más desafíos
Aunado a eso se supo que cuando llega a Miami no tenía la documentación en regla…
Esto hace que lo devuelvan hasta que todos los papeles estuvieran en regla.
El caballo es enviado hasta Panamá.
Una vez en suelo centroamericano el animal se empieza a deshidratar y perder peso.
Cuando los papeles estuvieron listos es enviado nuevamente a Miami.
Tras llegar a Estados Unidos pasa cuatro días en cuarentena, mientras le hacían pruebas de sangre.
A su salida de cuarentena había perdido 34 kilos, es decir, 75 libras.
Mas trabas le toco vivir a este pobre animal que termino perdiendo peso y estresado por todos los inconvenientes de su viaje a este lugar.
Penurias hasta el Derby
Como decíamos antes este equino estaba inscrito para competir en el Derby de Kentucky.
Esa era la razón de su viaje a Norteamérica.
Después que sale del periodo de cuarentena las penurias siguieron para este animal que aguantó mucho.
El dueño del caballo no tenía dinero suficiente para enviarlo de manera cómoda hasta Kentucky así que es llevado en una Van de 1100 millas (mas de 1700 kilómetros) hasta Churchill Downs.
Más la Van se accidenta en la vía. Cualquiera se habría rendido ante tanta adversidad…
No era fácil la situación para el caballo y para el dueño. Pero siguieron adelante.
Cañonero II llega al Hipódromo de Kentucky una semana antes del Derby de 1971.
Como era de esperarse el aspecto del caballo no era el mejor, siendo un candidato para esa carrera.
Su look era como el de un caballo abandonado, delgado, y su cabello era comparado con el de Moe, el de los Tres Chiflados.
La gente pasaba por su caballeriza y se reía de él, se burlaban de su aspecto descuidado y escuálido.
Se le notaban mucho las costillas. La travesía le había pasado factura al ejemplar.
Esta situación no fue fácil para el animal pues después de todo lo que le costo llegar a este lugar, no era bien visto por las personas de este ámbito ecuestre.
La inscripción formal
Pedro Baptista envió a su hijo para que realizara la inscripción formal del caballo en la famosa carrera.
Cuando este se hallaba en el Hipódromo de Churchill Downs la gente no le entendía porque no hablaba en inglés.
Al cabo de unas horas logra hacerse entender y la inscripción de Cañonero II se materializa entre burlas y señas de desprestigio.
Tras ser ingresado como candidato formal del evento, el entrenador Juan Arias emplea un plan de recuperación para el animal.
El cual consiste en hacerle ganar peso nuevamente, a una semana de la competencia.
Cabe destacar que nadie daba un dólar por el caballo que venía de Venezuela.
Con ese aspecto tan flaco y ese cabello así como loco, no era precisamente el candidato favorito.
Un dato curioso es que tanto Arias, como el jockey Gustavo Ávila decían que Cañonero II ganaría.
Por lo que los miraban como si estuvieran locos y el ejemplar era el hazme reír de todos.
Nadie confiaba en el potencial de este animal excepto su dueño, su jinete y el entrenador, pero la sorpresa vendría muy pronto.
La carrera
El día más esperado llegó y con él la ilusión de que aquel caballo desnutrido ganara.
Cañonero II no era el favorito en las apuestas, pero si de algo estamos seguros es que muchas veces los pronósticos fallan.
Los resultados parecen sacados de lotería porque el que menos aparenta es el que gana.
Aunque no siempre ocurre así y hay pronósticos que sí se cumplen.
Todo es cuestión de que al que le toca le toca y punto.
Partidaaa
Se abren los cajones y los caballos salen a toda velocidad… Cañonero II arranca con fuerza.
Juan Arias, entrenador y Gustavo Ávila, su jinete, estaban seguros de que podrían ganar.
Esto también lo creía el caballo porque comienza a remontar desde atrás de una forma espectacular.
Cañonero II aumenta su potencia desde el fondo y empieza a sorprender al mundo.
La calamidad venezolana, como lo llegaron a llamar, salió con fuerza para avergonzar a quienes lo habían humillado en las caballerizas.
La gente en hipódromo no podían creerlo. El caballo escuálido y descuidado estaba ganando.
El que nadie quería, el más rechazado había cobrado ventaja sobre todos los favoritos.
El narrador de la carrera no podía contener su emoción y narró de la siguiente manera:
“A nadie se le ocurrió que este caballo corría a 1000 metros de altura sobre el nivel del mar, por lo que en el aire lleno de oxigeno de Kentucky, el alazán Cañonero II tendría una resistencia infinita. No se veía por ninguna parte entrando en la recta final, y de repente la calamidad venezolana viniendo en 20 cuerpos atrás, en un grupo de 20 competidores, retumbó entre los caballos asumiendo el liderato en los metros finales enterrando a sus rivales tras él“.
Tras ese espectacular movimiento del caballo con Gustavo Ávila sobre sus lomos todos estaban atónitos.
Cañonero II gana el Kentucky Derby de 1971. Esto se convirtió en una verdadera sorpresa pues tal como lo narro el locutor dejo sorprendidos y boquiabiertos a todos.
La llamada más emocionante
Pedro Baptista, el dueño del caballo, no estaba allí para verlo. Estaba en Venezuela.
Recibe una llamada con la buena nueva y casi no podía creer que su caballo era el ganador.
La noticia le causa asombro y mucha felicidad puesto que antes de la justa había soñado con su madre, ya fallecida, quien le decía que Cañonero II ganaría.
Curiosamente cuando recibe la llamada cuelga porque cree que es una broma, hasta que confirma que es cierto.
El caballo que compró en 4.500 dólares era ahora el más importante del momento.
El que estaba en todas las portadas de los periódicos.
Su historia conmovió a la gente y todos los que se mofaron de él guardaron silencio ante su poderoso andar.
Tanta es la admiración que se gana Cañonero II que se emerge una estatua en su honor.
Este caballo es un ejemplo de resiliencia, pues nacer con una malformación, y pasar por tantas dificultades para lograr competir en el Derby fue toda una hazaña.
Sin duda alguna el caballo Cañonero II dejó una huella imborrable en la hípica venezolana tras ganar estas competencias en los Estados Unidos.
Preparación para el Preakness Stakes
Culminada la euforia por ganar el Derby…
El entrenador Juan Arias comienza su nuevo plan de entrenamiento con miras al Preakness Stakes, segunda gema de la Triple Corona norteamericana.
El caballo recupera peso e inicia su trayecto hacia la segunda gran carrera.
El día día de la justa llega y con él la expectativa de un país que por primera vez se veía reflejado en una carrera ecuestre.
Cañonero II arranca con toda su fuerza y en los primeros 1200 metros los pasaron en 70″4.
No había contrincante que pudiera pasarlos…
Ya en la recta final, el hijo de Pretendre dominaba a sus oponentes y cruza la meta con una ventaja de cuerpo y medio.
La multitud presente en el hipódromo estaba impresionada.
¡Venezuela estaba haciendo historia!
Era la primera vez que un caballo venezolano, entrenado por un venezolano y montado por un venezolano ganaba la segunda carrera de la Triple Corona.
Richard Nixon, presidente de Estados Unidos en ese momento, llama al jinete criollo Gustavo Ávila para felicitarlo por el triunfo.
Sin duda alguna fue un éxito, ya que el dueño, el jinete, el entrenador y el caballo provenían de Venezuela. Este equipo logro un hito histórico en la hípica de Venezuela. Este caballo Cañonero II quedara grabado en la historia como un animal excepcional.
Cañonero II en el Belmont Stakes
El Belmont Stakes es la tercera carrera de la Triple Corona de Estados Unidos…
La mirada estaba puesta sobre Cañonero II, ahora sí era el gran favorito de las apuestas.
El público estadounidense había visto a un caballo que fue de menos a más….
Lo vieron escuálido, apagado, con pocas probabilidades de ganar pero ahí estaba, firme, fuerte, reluciente.
Los primeros 2.000 metros del Belmont Stakes fueron alucinantes.
La emoción no cabía en el hipódromo el caballo venezolano estaba ganando, tenía la delantera…
Pero llegó lo inesperado, algo que cambió todo, que acabó con el sueño de ganar las tres carreras.
Estando en la punta con Pass Catcher, muy cerca de la meta, Cañonero II sufre una lesión en una de sus patas.
Pierde fuerza y empieza a retraerse, ventaja que ve Catcher para pasarlo y ganar la competencia.
La pérdida de potencia fue tal que después de liderar la carrera llegó en el cuarto lugar.
Aún así es el Caballo del Año en 1971. Además de ser un ejemplo y orgullo para Venezuela.
Los logros del caballo criollo doble coronado son recordados siempre porque no ha habido otro doble coronado hasta ahora…
La venta
Cañonero fue vendido por US$1.5 millones al King Ranch Stud, en Canadá.
De ahí en adelante su campaña se resume en una victoria y un segundo lugar.
El triunfo fue sobre Riva Ridge en 1972, se dice que fue en tiempo récord.
Mientras que el segundo lugar lo obtuvo en el Carter H. detrás de Leematt.
Buddy Hirsch es el entrenador con el que Cañonero II culmina su historia deportiva.
En total fueron 23 las actuaciones de Cañonero II en las pistas tanto de Venezuela como de Estados Unidos.
En 9 ocasiones cruzó la meta en ganancia, logró 3 segundos y 4 terceros, acumulando US$334.411 en premios.
Vida como semental
Con el tiempo el caballo logra ser recuperado para Venezuela a fin de emplearlo como semental.
Cañonero II llega al Haras Tamanaco para comenzar a ser padre.
Esta última fase de su vida fue corta ya que un cólico fulminante la causó la muerte el 9 de noviembre de 1981.
Los doctores Miguel Perdigón y Marcos Hernández fueron los que dieron la noticia.
Los hijos de Cañonero II son Natilla (1982, en Fiddle a Jig por Jig Time), Reyna de Ases (1982 en Cat Boots por Prolijo) y Snow Baby (1982, en Snow White por Snow Cold).
Un gran caballo con una gran historia, un motivo de orgullo para Venezuela y la hípica nacional.
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